Todos los días se nos recomienda cuidar nuestra información online y parece que hablar de los métodos tradicionales y no digitales de protección de datos ha pasado de moda. A algunos de nosotros se nos olvida que la destrucción de papel impide, a su vez, el robo de información sensible.

En muchas ocasiones, universidades y centros educativos pecan en la protección de datos con lo que están en continuo riesgo de robo de datos. Para evitar esta situación, es necesario tomar medidas para evitar consecuencias costosas del uso inadecuado de los datos a lo largo del tiempo.

¿Cuándo están en riesgo mis datos?

  • En la impresora. Las impresiones no recolectadas suponen un coste de papel, tinta y energía y, además, es una forma para que los ladrones de datos accedan normalmente a la información protegida con contraseña. Pensemos antes de imprimir.
  • En nuestro escritorio. No todos los cajones del escritorio se pueden cerrar con llave o candado. Esto conlleva a que cualquier persona podría tener acceso a cuadernos y post-it que solemos tener durante días almacenados.
  • En la papelera. Cualquiera podría coger el papel desechado y leerlo sin mayores complicaciones.
  • En el exterior. Una vez que se han recogido los residuos, muy pocas personas piensan en ellos de nuevo, pero es sabido que existen «buceadores de datos» que abren y vacían contenedores (especialmente recipientes de reciclaje de papel) y los leen a su antojo con algún fin.

¿Qué información están buscando?

Aunque sabemos y entendemos que la seguridad de los datos es crucial, a veces es posible que olvidemos que la información que estamos leyendo es sólo para nosotros.

La Información buscada puede ser: registros de alumnos e información médica, registros de personal, currículums vitae, ​​formularios de solicitud, informes académicos, evaluaciones o información financiera.

¿Quién necesita destruir los documentos?

Destruir los documentos no es sólo una tarea que concierne a los servicios de administración o recursos humanos de universidades y centros educativos. Los profesores, maestros y estudiantes también tienen que destruir sus documentos.

En el caso de los estudiantes, es importante que los estudiantes respeten la privacidad y se les instruya en la importancia de la seguridad de los datos, ya que éstos, durante la realización de unas prácticas, por ejemplo, pueden tener acceso a información privada de terceros y otras empresas o a programas de la competencia.

¿Existen empresas de destrucción de documentos?

Cuando necesitamos deshacernos de cientos o miles de documentos, a medida que la información se vuelve obsoleta, o los registros de los estudiantes ya no son necesarios, una marea de papel fluye por los armarios y cajones. Esta información conviene que sea desechada antes de que pueda ser vulnerada. Consulta los servicios que DCD ofrece.

Hay planes diferentes según las necesidades de cada cliente. Con un sistema como el de DCD, las universidades y centros educativos pueden centrarse en fomentar el aprendizaje y generar ideas, en lugar de cómo destruir la información de forma segura.

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